No creo en navidades, ni en las noches de paz.
Esta es una época del año en que uno tiene esas reflexiones profundas, en las que se pone a pensar... ¿Cómo empecé? ¿Qué pasó? ¿Seguimos vivos? bueno... eso no, pero sí todas las cosas que pasaron en el año. Sinceramente mi año empezó como el tuje... peleas con mis viejos (esta edad sin paz), materias pendientes, comienzo de facultad, algo totalmente nuevo en mi vida. Las cosas de a poco se fueron calmando y aunque tuve que aceptar cosas que no pensé que iban a pasar jamás en mi vida, hoy puedo reconocer que era exactamente eso lo que nos estaba matando, lo que no estaba hundiendo cada vez más.
De la facultad ni hablar, conocí amigas maravillosas, que de a poco toman un papel bastante importante. Fue una experiencia increíble, aunque no me guste para nada la exigencia y la primer mala experiencia que tuve, se que la carrera me gusta, y que el próximo año va a ir con un poco mas de ganas.
Este año me sirvió para pensar muchas cosas, para remediar y entender cosas que el año pasado, ni se me ocurrió pensar. Cambié y mejoré muchas cosas que el pasado año había arruinado por completo. Aprendí muchas cosas importantes y conocí gente que realmente hoy valoro muchísimo. Dejé las pendejadas de lado y encontré lo que tanto anduve buscando... Conocí a alguien que me hizo cambiar de parecer de la noche a la mañana, que con su paciencia y cariño, hizo que mi cabeza pegue un vuelco bastante importante. Se que no cambie por su presencia, fue porque yo quise cambiar, pero se que sola no hubiese podido nunca. Hoy se que cuento con vos, se que si necesito un beso, un abrazo, un hombro, un consejo vas a estar ahí y eso me hace muy feliz. Vos me haces muy feliz... Gracias por hacer que este año mejore, de a poco te ganaste un lugar muy importante en mí.