Introducción a la Economía y a la estructura económica Argentina.
Hoy es uno de esos días en que raramente me despierto de buen humor, con ganas de que las cosas me salgan bien. Es por eso que me desperté, desayuné, me planché el pelo y me fui bien tempranito a la facultad. Llegué una hora y veinte antes de la hora en que el profesor (supuestamente, porque ese tipo hace lo que quiere) habría de llegar a tomar el coloquio. Así que me puse a estudiar en el pasillo del subsuelo, me compré unos rocklets y chicles para sacarme los nervios. Estudié bastante, releí todos los apuntes y resúmenes que tenía. Se hicieron las nueve (hora en que el profesor debía estar asomándose, mínimo) y entré al aula, donde no había nadie aún, al igual que yo estaban en el pasillo estudiando. Me quedé esperando que llegara el profesor, nueve y cuarto, nueve y media, diez menos cuarto, diez, diez y cuarto, llegó. Nos pidió que escribiéramos sobre el tema que habíamos preparado, yo ya lo había hecho así que solo escuché a otros alumnos dar oral, agregué un par de cositas y seguí escuchando. Pasadas dos personas que no aprobaron, me llamó. Me pregunto nombre y apellido, me buscó en la lista y vio mis notas, 7 y 6,5 (sí, me falta poquitititísimo para promocionar). Me preguntó qué tema había preparado, le contesté y empecé a hablar del tema, miro lo que había escrito y me pidió que lo leyera. Con voz entre cortada por los nervios que tenía, le leí lo que había escrito. En mitad de la lectura, me pidió que le haga un gráfico y escriba su función, lo hice. Me busco de nuevo en la lista, hizo un cuadradito al lado de mi apellido y puso 7. Sí, soy la persona más feliz. Metí mi primer materia en la Facultad, ahora sólo me quedan 32 más para recibirme. Chau, mañana voy por la segunda.