ARGENTINA

Me desperté a las seis y cuarto de la mañana, desayuné café como de costumbre y me dirigí hacia el colegio; llegué y como todas las mañanas escolares, me senté en la puerta del aula con pilar a charlar, llegó guille como siempre y nos sentamos el mejor trío economía y se fueron sumando las demás. Tuvimos las cuatro horas escolares (aunque una fue hora libre, ya que Ale no se encuentra en condiciones de asistir a dar clases). Se hacen las once y media y todos concurrimos al acto del día de la bandera, donde se leyó una breve biografía de Manuel Belgrano. Finalizado el acto, nos retiramos todos a nuestras respectivas casa; llego y cocino para mi y mis hermanos, como y me dispongo a dormir mínimo dos horas. Cuando logro dormirme (realmente no me costó demasiado) pasada la media hora, me despierto por un ruido medio extraño, resulta que a un par de nenitos vecinos (triperos por supuesto) se les ocurre festejar por la selección, a lo que yo me despierto a las puteadas por supuesto. Escucho que mi querido papá (recién llegado del trabajo con un sueño IMPRESIONANTE, que también quería dormir) sale a decirles a los inquietos nenes que por favor hagan silencio, que era la hora de la siesta, que hace rato no dormía, a lo que los nenes no hacen caso y siguen con la batucada. Claro, mi papá no podía quedarse callado, con lo que respondió con la llamada a la comisaría mas cercana, denunciando que estaban haciendo disturbios en horas de siesta.

Tripero tenias que ser de festejar antes de tiempo (llegábamos a perder y TE JURO que te prendía fuego la casa nene).